Entrevista a Javier Bayon: La música de Historias de Halloween y su homenaje al cine de terror clásico
En el mundo de la música para cine, Javier Bayon ha demostrado su capacidad para fusionar tradición y vanguardia quedando patente en numerosos proyectos, pero es en Historias de Halloween donde despliega toda su artillería para rendir homenaje al cine de terror de los años 70 y 80.

Con una banda sonora que transita entre el sinfonismo clásico y los sintetizadores analógicos más evocadores, Bayon consigue construir un universo musical tan escalofriante como nostálgico, ideal para una noche de brujas.
Con motivo del preestreno de la película en el Cine Paz de Madrid y aprovechando la atmósfera mágica del 31 de octubre, en Todosoundtrack conversamos con Javier sobre el proceso creativo detrás de esta partitura, sus influencias, su colaboración con el director Kiko Prada y su visión del terror desde la música.

El resultado de esta entrevista con Javier Bayon revela no solo los secretos de esta banda sonora, sino también el compromiso de un compositor con la narrativa cinematográfica y el poder transformador del sonido.
¿Cómo surgió la colaboración con Kiko Prada para la banda sonora de Historias de Halloween? ¿Qué fue lo que más te atrajo del proyecto?
Llegué a Historias de Halloween casi por accidente, en un momento en el que venía de haber trabajado como productor musical en dos películas y como compositor en una película y un documental. Además se asomaba un trabajo en una serie potente y me había prometido un “break” veraniego.
Entonces apareció de la nada. Mi amigo y colaborador Iván Cester, me envió el guion y me habló del proyecto. Fue leer las primeras páginas y todo plan vacacional se desintegró como una cinta de casete olvidada al sol.

Parecía el proyecto que había estado esperando en secreto durante toda mi vida. Era una película de género que además rendía homenaje a esas películas de serie B que me han fascinado desde niño y me transportó a esas tardes de videoclub y fanzines de terror.
De repente, sentí tantas ideas a la vez en la cabeza y volvía toda la información procesada leyendo los Creepys de Toutain (y sus homólogos americanos), coleccionando cromos de Monstruos e intentando conseguir películas raras en VHS, tantas bandas sonoras escuchadas hasta la saciedad… que la excitación era máxima.

Por otro lado, sabía que colaborar con Kiko sería una experiencia fantástica. Ya habíamos trabajado juntos con los hermanos Prada en la serie Dorien de RTVE, y siempre es un placer unirme a su "familia" creativa, que se expande y evoluciona en cada proyecto.
Los Prada contagian un amor profundo por el cine, especialmente el de género, y siempre logran rodearse de un equipo que entiende ese lenguaje. Así que, al final, fue imposible no sumarme a esta aventura.
Tu música para Historias de Halloween mezcla elementos de terror clásico con sonidos más modernos. ¿Cómo fue el proceso de encontrar ese equilibrio perfecto?
El objetivo primordial era rendir un homenaje al terror clásico, componiendo un tributo honesto a mis bandas sonoras fetiche. Quería capturar esa esencia sonora tan escalofriante y mágica que evocan ciertos sonidos que salen de los sintetizadores analógicos o la distorsión o el "hiss" de equipos de cinta.
En un principio pensé en trabajar exclusivamente con sintetizadores, pero fue a medida que avanzaba el proceso cuando me di cuenta que la propia narrativa del guion literal (estructurado en distintas historias) exigía una textura y un enfoque armónico diferentes para cada capítulo.

Así, de forma natural, empecé a componer introduciendo una orquesta de cámara en la paleta sonora y fue abriéndose paso de manera sutil para cobrar protagonismo total al llegar a la historia de "La herencia". Estaba clarísimo que esa parte de la historia demandaba una orquestación con tintes de thriller al estilo de Bernard Herrmann.
Kiko y yo estábamos en sintonía con esta visión, y logramos integrar el lenguaje de síntesis con el sinfonismo añadiendo una dimensión de tensión psicológica dramáticamente perfecta. Al final, la banda sonora se mueve entre varios mundos sonoros, pero creo que lo hace de manera elegante.
El leitmotiv de "¿Te Gustan los Cómics?" y el "tema inicial" destacan como un punto clave de la banda sonora. ¿Podrías contarnos más sobre la creación de este tema y su relevancia dentro de la historia?
Desde el primer momento, tanto Kiko como yo tuvimos claro que toda la banda sonora debía fundarse alrededor de un tema principal que aunase las diferentes historias. De esa manera, cada capítulo tiene su propio tema secundario apoyando dramáticamente el guion, pero además se entrelaza con el tema principal (cumpliendo una función narrativa).
El objetivo era crear un "Main Theme" que recordase al espectador que está situado en la imaginación de Luis, el protagonista, y que vive todo a través de sus ojos.

De este modo nace el tema principal de la película. Está basado en un leitmotiv que se puede escuchar en la pista "¿Te gustan los cómics?" de la banda sonora. La melodía evoluciona hacia un arpegio que abre el filme adelantando lo que será el tema principal. Dicho motiv tendrá gran protagonismo en los momentos en los que Luis se muestra en pantalla, pero también aparecerá supeditado a ciertos temas secundarios en los momentos clave.
Así el tema no se limita a actuar como un puente musical entre las distintas historias del filme, sino que evoluciona junto con la trama, reflejando los desafíos que enfrenta Luis y situando al espectador dentro de su mente, teñida por la fantasía y los miedos. Este enfoque permitió que la música se convirtiera en un elemento narrativo esencial, acompañando al público en el viaje emocional del protagonista.

Además, para encontrar el leitmotiv principal tenía una idea muy clara en la cabeza que estaba basada en una melodía y necesitaba que fuese interpretada por una voz inocente a la par que escalofriante. Para ello colaboré con la actriz y soprano italiana Francesca Betti Fulan, que fue clave para capturar el tono inquietante buscado.
Su voz aporta un aura que conecta con la tradición del Fantaterror español, recordando las icónicas melodías de Antón García Abril que hizo para La noche de Walpurgis, donde las voces femeninas psicodélicas jugaban un papel central.

Trabajamos juntos para experimentar con su interpretación en diferentes escenas, buscando siempre ese matiz exacto que transmitiera lo sobrenatural y perturbador, lo cual resultó en una interpretación con frenesí y llena de matices.
La banda sonora utiliza sintetizadores analógicos como el Juno 60 y el Moog One. ¿Por qué elegiste estos instrumentos en particular? ¿Qué aportaron al tono general de la película?
Para mí, la calidez y texturas únicas que ofrece éste tipo de equipo analógico no se pueden comparar con los sintetizadores de software ni emuladores digitales.
Hay una diferencia abismal, así que desde el primer momento pedí ayuda al compositor, colaborador y gran amigo Sergio de la Puente. Su estudio Wavehill está equipado con una armada invencible de sintetizadores de todas las épocas y equipo analógico. Para mi es como ir al mejor parque de atracciones del mundo.

El proceso de grabación en su estudio fue un momento clave para el desarrollo de toda la banda sonora. Pasamos horas experimentando, creando el lenguaje sonoro del que se nutriría la banda sonora.
Por otro lado, para la parte de banda sonora que grabé en mi estudio utilicé una grabadora de cinta Tascam de 8 pistas que iba combinando con la grabación en software. Durante la producción también intentamos darle carácter tratando el sonido con reverberaciones analógicas tipo plate, delays de cinta o reverbs de muelle, buscando el resultado exacto que tenía en la cabeza.
Cuando he escuchado la partitura de Historias de Halloween la primera influencia que se me viene a la cabeza es la de John Carpenter, aparte del guiño a Gremlins de Goldsmith ¿Cuáles fueron las principales influencias musicales para la banda sonora?
Pues es gracioso porque la similitud del arpegio del tema principal con el estilo de Carpenter no fue algo que busqué deliberadamente. Como ya he dicho, buscaba influenciarme por bandas sonoras que me impactaron emocionalmente, particularmente aquellas con voces ingenuas y niños como protagonistas.
Me venían a la mente películas como Los chicos del maíz, Flores en el ático, así como películas de fantaterror español o el Giallo italiano de los años 70. Recordaba por ejemplo ¿Quién puede matar a un niño? de Serrador y buscaba acercarme a ese miedo infantil que evoca la combinación de lo macabro y lo naive; algo que estas películas logran capturar de manera magistral.

Al componer el tema final (que es una evolución del tema principal), busqué que el leitmotiv se acelerara y arpegiara, inspirándome en algunas bandas sonoras de Claudio Simonetti, pero quería un sonido más cercano a Creepshow, para lo cual utilicé el icónico Juno 60.
Cuando empecé a enseñárselo a amigos muchos de ellos me dijeron que les recordaba mucho a Carpenter y la verdad es que hay un gran parecido.

Si te pones analizar la banda sonora, se pueden encontrar millones de homenajes a bandas sonoras clásicas de terror: desde Goldsmith hasta Goldenthal sin olvidar al gran Richard Band. Para mí, tanto la película como la banda sonora son, en esencia, una carta de amor a ese cine que creo que debemos reivindicar hoy más que nunca.
¿Cuál es la importancia de una banda sonora en una película de terror? ¿Cómo puede la música transformar una escena?
La importancia de la banda sonora en cualquier película radica en su capacidad para transmitir emociones y dar información que ayuda a comprender conceptos al espectador. Además, la música puede tener un impacto directo, siendo evidente o puede operar de manera más sutil; influyendo en el inconsciente y acompañando las imágenes sin ser necesariamente perceptible en primer plano.
Así, la música se puede enlazar con el guion literal y abordar elementos narrativos que, a veces, no están explícitamente descritos en él.

En el contexto del cine de terror, tiene además un papel muy importante en la ambientación y tiene que enfrentarse al desafío de evocar sensaciones de miedo y angustia. Con algunos recursos especiales una banda sonora puede manipular de forma muy potente la atmósfera de una escena, transformando la percepción del espectador.
Por ejemplo, el uso de instrumentos convencionales junto con sonidos más experimentales o menos esperados puede recrear asociaciones mentales con nuestros miedos más profundos, desde la soledad hasta lo desconocido. Al hacer esto, la música desarma al espectador, llevándolo a una experiencia visceral.
Has trabajado con otros géneros además del terror. ¿Qué diferencias encuentras al componer para una película de terror versus otros géneros?
Supongo que, para todo compositor, cada proyecto que aborda es único y, por lo tanto, requiere un enfoque diferente. Yo no me centro exclusivamente en el género de la película, sino en el desafío creativo que cada proyecto representa.
Dado que el proceso artístico de componer una cantidad tan grande de música en un periodo corto de tiempo es una experiencia muy intensa lo más importante para mí es buscar la ilusión en el proceso creativo.

De repente, todo el viaje creativo se enriquece cuando encuentro una idea que actúe como detonante creativo. Esta chispa me reta a explorar nuevas sonoridades y a buscar formas distintas de contar la historia. Ya sea en el ámbito del terror, la ciencia ficción o el drama, siempre busco aportar una perspectiva fresca y significativa que complemente las emociones y necesidades narrativas de la película.
Componer para el cine de terror tiene unas particularidades que me encantan, como es la libertad (necesidad en muchos casos) del uso de recursos más experimentales en facetas como la armonía, instrumentación y la producción.

Hay géneros que no necesitan generar esas sensaciones de sorpresa y necesitan un lenguaje al que se sientan más habituados los espectadores. La clave es estar dispuesto a adaptarse a lo que el proyecto necesita en cada momento.
Así, aunque pueda haber diferencias en la forma en que abordo un género específico, el hilo conductor siempre es el deseo de contar una historia y provocar emoción a través de la música. Eso se convierte en la verdadera esencia del trabajo de todos los que nos dedicamos al cine.
En el Festival de Sitges del año pasado, la película y la música de Historias de Halloween recibió elogios por parte del público. ¿Cómo fue esa experiencia?
Tanto la experiencia en el Festival de Sitges como todo el feedback que estoy recibiendo a raíz de publicar la banda sonora está siendo increíble. En el estreno, ver a la audiencia conectar tanto con la película como con la música fue una enorme satisfacción.

Que el público elogie el trabajo siempre es la mejor recompensa a todo el esfuerzo y dedicación invertidos en el proyecto. Sentir esa energía y saber que consigues transmitir lo que buscabas es algo muy especial.
Además del lanzamiento digital, se ha anunciado una edición en vinilo de la banda sonora ¿Qué piensas de apostar por el formato físico y qué puedes contarnos sobre la edición en vinilo?
Las tendencias actuales hacia la gratificación instantánea y el consumo rápido han llevado a una superficialidad en cómo consumimos el arte, reduciéndolo a un producto desechable. La cultura de la velocidad ha enterrado muchas obras auténticas y personales bajo el peso de lo "ya visto" y lo estándar.
Nos estamos desacostumbrando a tomarnos el tiempo para explorar los detalles y matices que solo emergen con una escucha atenta y reiterada. En este contexto, el formato físico se convierte en un símbolo de resistencia contra la homogenización y la banalización de la expresión artística.

Publicar una obra musical en formato físico no es, por tanto, un apego al pasado, sino un compromiso con la autenticidad y el valor de las experiencias significativas. Es una invitación a redescubrir la música como una forma de arte que merece tiempo, atención y respeto, en oposición a las tendencias que buscan estandarizar y trivializar el arte.
En nuestro caso, estamos preparando de forma muy artesanal junto al gran ilustrador Diego Cobo, una portada especial para el lanzamiento del vinilo, que tendrá además algunos temas extras y saldrá a la luz en los próximos meses.
Además de tus trabajos para cine, has colaborado en proyectos de publicidad y otros medios. ¿Cómo se pueden comparar estas experiencias con componer para una película?
Mi enfoque principal al componer siempre es a través de la música cinematográfica, donde confluyen mis pasiones por el cine, la música y la experimentación.
Intento llevar esa misma profundidad y honestidad creativa a proyectos en otros medios, involucrándome al máximo cuando los acepto.

De todas maneras, aunque la publicidad u otros medios audiovisuales tienen sus propias exigencias, el cine ofrece una libertad artística y un espacio para explorar que es difícil de encontrar en el resto de formatos.
¿Qué próximos proyectos tienes en mente? ¿Podemos esperar más colaboraciones con Kiko en el futuro?
Sí, de hecho seguimos colaborando estrechamente. Después de Historias de Halloween hemos trabajado juntos en dos cortometrajes y en un documental, y ahora estamos preparando su próxima película, cuyo rodaje comenzará a principios del año que viene.

Durante este tiempo he tenido la suerte de seguir conociendo a gente de su equipo. Son un grupo muy talentoso y con una energía creativa contagiosa.
Tras el preestreno y con el estreno en cines y plataformas a la vuelta de la esquina, la acogida está siendo excelente. La gente ha valorado mucho la música y el trabajo global de la película, y se nota que todo está hecho con enorme cariño. Estoy deseando ver cómo responde el público, porque como dice Kiko, es una película hecha para ellos.
Para finalizar, ¿qué esperas que el público se lleve de la experiencia auditiva y visual de Historias de Halloween?
De Historias de Halloween, espero que el público viva una experiencia que lo transporte tanto a la nostalgia de los clásicos del terror como a una reinterpretación fresca y única de ese género.

Me gustaría zambullir a la gente en una atmósfera donde la música y las imágenes evoquen esa mezcla especial de temor y fascinación que se siente al ver una película de terror por primera vez.
La idea es que el público sienta esa "magia oscura", que los conecte con la esencia del horror, pero desde una perspectiva renovada, logrando que la peli se quede con ellos más allá de la proyección.

Desde Todosoundtrack queremos agradecer profundamente a Javier Bayon por su generosidad, su cercanía y, sobre todo, por compartir con nosotros los entresijos de una banda sonora tan rica y apasionada como la de Historias de Halloween.
Gracias por seguir emocionándonos con cada nota.
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Las bandas sonoras han sido la bso de mi vida desde que era adolescente, no solo ambientando las películas que disfruto. Durante 1987 y 1988 mi existencia cambió y la música de las películas que veía en cine o alquilaba en el videoclub, se convirtió en un salvavidas, pero no me he dado cuenta de lo importante que fue hasta hace poco.
Siento que mi pasión por la música de cine me convierte en cómplice de los compositores de bandas sonoras, cuyas creaciones son llaves que abren puertas a mundos desconocidos y emociones sin explorar. Durante aquella época donde el acoso escolar estaba mucho menos visible que ahora, las bandas sonoras eran mi vía de escape para sobrevivir a una rutina infernal.
Mi primera bso de películas fue FIEVEL Y EL NUEVO MUNDO (An American Tail, 1986) del maestro Horner ,comprada en una pequeña tienda especializada en la calle Andrés Borrego en el centro de Madrid. Ahí, en Cinescor, comenzó todo.
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