Banda sonora THE THURSDAY MURDER CLUB en CD

Aquí están los detalles de la banda sonora de THE THURSDAY MURDER CLUB en CD compuesta por Thomas Newman y editada por Intrada Records.

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Thomas Newman y la partitura traviesa de The Thursday Murder Club

Hay compositores cuya firma es tan reconocible que bastan unos segundos para saber que estamos en su terreno. Thomas Newman es uno de ellos.

Crimen con té y bizcocho: una partitura con personalidad

Intrada lanza en CD su partitura para The Thursday Murder Club, adaptación de la popular novela de Richard Osman, producida por Netflix y Amblin, y dirigida por Chris Columbus. Esta nueva banda sonora se mueve entre lo lúdico y lo enigmático, con ese estilo inconfundible de Newman, como un rompecabezas contruido a golpe de pizzicatos, respiraciones de clarinete y cadencias de piano.

El CD recoge las mismas 24 pistas que la edición digital, con una duración total de 40 minutos. Newman compone para un cuarteto de jubilados con alma de detectives (interpretados por Helen Mirren, Pierce Brosnan, Ben Kingsley y Celia Imrie) que, sin pretenderlo, terminan inmersos en un asesinato real. Y su música se ajusta a ellos, siendo madura, excéntrica, cálida, pero también dispuesta a hurgar bajo la superficie cuando la historia lo exige.

Las cuerdas breves y juguetonas de The Arm in the Mirror, la inquietud contenida en The Enemy Approaches o el lirismo sencillo de Night Flowers muestran a Newman en su zona de confort. Pero hay sorpresas. El tema Don’t Wake the Dead introduce una atmósfera más densa, casi sepulcral, mientras que piezas como What a Chase o Scrum suben la pulsación sin romper el tono general.

Newman en clave menor

Lejos de la grandilocuencia de otras partituras criminales, aquí Newman opta por una escritura más cotidiana, con arreglos mínimos que dejan espacio a la instrumentación y al silencio. Hay momentos que remiten a su trabajo en Saving Mr. Banks o The Best Exotic Marigold Hotel, aunque el resultado es más contenido, más británico, por decirlo así.

Una partitura que acompaña con elegancia cada gesto y cada pista descubierta.

El tema del club (The Thursday Murder Club) funciona como columna vertebral melódica. Es un retrato musical de ese espíritu colaborativo entre amigos, como un guiño cómplice más que una declaración de intenciones.

Ecos de partitura

Escuchar esta música sin ver la película es como hojear un diario con garabatos en los márgenes. La estructura de Newman es tan visual y tan narrativa, que uno intuye los gestos y las miradas. Sus texturas nos devuelven a partituras como Lemony Snicket’s o White Oleander, donde lo que importa no es el clímax, sino los matices.

Aquí, más que nunca, la música funciona como un espejo del carácter de los personajes, de su forma de procesar el mundo y de encontrar sentido incluso en el misterio. Una partitura de interiores, sin estridencias, que seduce por su discreción.

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¿Por qué nace Todo Soundtrack?

Desde mi adolescencia, las bandas sonoras han resonado como la música de fondo de mi vida, no solo realzando las películas que me encanta ver. En los años 1987 y 1988, mi vida tomó un giro decisivo y la música de las películas que disfrutaba en el cine o que alquilaba en el videoclub se transformó en mi ancla. No obstante, solo recientemente he tomado plena conciencia del papel crucial que desempeñó en aquel entonces.

"Fievel y el Nuevo Mundo" (An American Tail, 1986), una obra del gran James Horner, fue la primera banda sonora de película que adquirí en un diminuto establecimiento especializado ubicado en la calle Andrés Borrego, en el corazón de Madrid. Fue en Cinescor donde mi viaje comenzó.