Review de la banda sonora AN AMERICAN TAIL James Horner de Intrada
¿Sabías que la banda sonora An American Tail incluye influencias de la música clásica rusa y el folklore europeo?
¿Qué secretos de producción se esconden detrás de la música de An American Tail que involucraron al propio Steven Spielberg?
Descubre An American Tail soundtrack de James Horner editada por Intrada Records.
Te damos los detalles de la edición en cd de Intrada de la banda sonora de FIEVEL Y EL NUEVO MUNDO y nuestra opinión sobre la misma, así como sobre la partitura del autor.
FIEVEL Y EL NUEVO MUNDO Banda Sonora Original de la película
Edición CD
Edición remasterizada con más de 78 minutos de música
Cuadernillo interior con notas de Frank K. DeWald
Diseño de Joe Sikoryak
Edición en cd de Intrada Records de la banda sonora ampliada de FIEVEL Y EL NUEVO MUNDO
La edición de Intrada se puso a la venta en 2019, más de treinta años después de que MCA sacara la BSO coincidiendo con el estreno de la película.
James Horner trabajó en la edición discográfica y quiso sacar 65 minutos de música, sin embargo, MCA tuvo que seleccionar los temas más destacados para ajustarse a la capacidad de almacenamiento del CD (un formato que en aquella época era novedoso).
Intrada hace justicia y edita toda la partitura, incluyendo las canciones, hasta un total de 78 minutos de música, más de lo que hubiera soñado el compositor en su época.
Música restaurada por Mike Matessino, un mezclador y editor de bandas sonoras que en su currículum incluye la “Trilogía de Star Wars”, “Superman”, “Alien”, “Back to the Future” o “Star Trek”. Y también clásicos como “Ben-Hur” y “The Robe”. Y el único que se encarga de todas las ediciones ampliadas de John Williams.
De modo que el oyente puede esperar una calidad de sonido como nunca antes había oído, y aunque ya se tenga la edición de MCA, la experiencia de escuchar la música completa se suma a la calidad de su restauración.
Analizando la edición
Fue Jerry Goldsmith quien impulsó la relación entre Steven Spielberg y Don Bluth, hablando al primero de “The Secret of NIMH” y que debía contar con Don Bluth en caso de emprender el proyecto de una película animada, y Spielberg le tomó la palabra y cuando surgió “An American Tail” llamó a Don Bluth.
Los tres, compositor, productor y director, se reunieron en las nuevas instalaciones de Amblin Entertainment en los estudios de Universal para concretar la banda sonora.
Sin embargo, quince días después, Goldsmith tuvo que comunicar que abandonaba el proyecto, su representante le informó que tenía la agenda repleta y era imposible hacer un hueco.
Spielberg y Don Bluth acordaron sustituir a Goldsmith por James Horner. El compositor ya había tenido un contacto con Don Bluth, cuando se presentó como candidato para hacer la BSO de “The Secret of NIMH”.
El representante del músico envío una cinta con extractos de la música de Horner y denominando a su cliente como «el próximo Jerry Goldsmith, pero mucho más económico». Sin embargo, ya se había contratado a Goldsmith.
Don Bluth editó una pista temporal con algunos temas de otras películas de Jamens Horner, al que sumó fragmentos musicales de Erich W. Korngold, John Williams, Ennio Morricone y Jerry Godlsmith, entre otros. Para indicar a Horner su idea de cómo tenía que ser la BSO.
En lo primero que se comenzó a trabajar fueron las canciones. Se pensó en Tom Bahler, supervisor musical y compositor ligado al trabajo de Quincy Jones, sin embargo no gustó su trabajo y se contrató a Cynthia Weil y Barry Mann, que ya habían tenido grandes éxitos dentro de la música popular, y les indicaron que la canciones debían hacer avanzar la historia o relatar la psicología del personaje.
Hasta que las canciones no estuvieron terminadas y grabadas era imposible planificar la coreografía de los personajes, de manera que el equipo tuvo que esperar antes de comenzar a animar.
Don Bluth quería canciones que estuvieran a la altura de los clásicos de Disney y pidió temas sencillos que el espectador pudiera tararear, que se quedaran grabadas en la audiencia.
Después de que fueran compuestas se les exigió al trio de compositores una canción más para que fuera interpretada por Linda Ronstadt, ganadora de once premios Grammy y que en ese año era la pareja de George Lucas, y así nació “Somewhere Out There”, que se convirtió en uno de los temas más populares del cine de dibujos animados, consiguiendo Don Bluth su objetivo.
La canción no es el tema central de la película y narra el amor que sienten dos personas separadas por la distancia, en este caso los dos hermanos Mousekewitz, Fievel y Tanya.
Spielberg quería muchas más canciones, lo que hubiera sido perjudicial, pero el productor pecó de ser nuevo en una técnica que desconocía, como reconoció más tarde, y llevó la producción como si se tratara de una película de imagen real, exigiendo nuevas tomas de los planos o que se repitieran, sin tener en cuenta que mientras una toma en imagen real es un trabajo de varias horas, en animación puede ser de varias semanas.
El tema central se escucha por primera vez durante los títulos de crédito, y está dedicado a la familia, tocado con balalaika para acentuar la procedencia rusa y al que se añade el violín, que representa al padre de Fievel, que se dedica a la fabricación de ese instrumento. Este tema y sus variaciones son lo que más se escucha a lo largo de la película.
El film reflexiona sobre la emigración forzada y los sueños, y la acción comienza en Rusia y se traslada a través del océano hasta los EE.UU. y Horner recoge todas esas emociones y matices que convierte en temas melodiosos.
Una música sinfónica, que además de incluir la balalaika y un solo de violín, añade el acordeón e instrumentos de viento de madera que aluden al origen de los personajes, del mismo modo que luego se añade música irlandesa y combina temas europeos y americanos de influencia folklóricas para señalar las distintas nacionalidades que convergen en la ciudad de Nueva York.
James Horner pidió grabar con la Lond Symphony Orchestra en los estudios Abey Road de Londres, porque con esa orquesta hizo sus mejores trabajos.
El compositor estudió música clásica rusa de finales del siglo XIX para incluir influencias tanto clásicas como folklóricas, pero sin recurrir a imitar a ninguno de los maestros rusos.
Valoración final
James Horner logró una partitura a la altura de “The Secret of NIMH” y demostró que seguía el camino de músicos como Jerry Goldsmith o John Williams, como demostró haciéndose cargo de musicalizar las secuelas de “Star Trek” y “Alien”, una apuesta difícil cuando su predecesor había dejado el listón demasiado alto.
Un músico adaptable a cualquier género o técnica musical, como la electrónica si era necesaria en obras como “48 Hrs.”, “Commando” o “Der Name der Rose”, pero manteniendo un sello propio y dominando la gran sinfonía en el cine de ciencia ficción con obras como “Battle Beyond the Stars”, “Krull” o “Cocoon”, y en uno de los mejores lustros de su carrera debutó en el género de dibujos animados con “An American Tail”, dejándonos una sinfonía de referencias rusas, romántica y nostálgica que llevó una película de dibujos animados a otro nivel donde codearse con las grandes sinfonías cinematográficas.
Debe ser imposible encontrar a un fan de las BSO que desconozca la obra de James Horner, del mismo modo que es inviable amar la música de cine y no amar a Horner, cualquier amante o coleccionista tiene en su colección un CD del compositor.
Si por prejuicios contra los dibujos animados nunca te acercaste a “An American Tail” es obligado subsanar el error, si ya tienes en tu posesión la edición de MCA, descubrirás una nueva dimensión en el CD de Intrada.
Esta review ha sido escrita con todo el amor del mundo por las bandas sonoras por:
Juan José Zanoletty
Experto en animación y amante de la música de cine, es un coleccionista y realizador de Almería. Autor de libros como Las otras series de animación y De Nimh a Titán A.E., ha investigado profundamente el impacto cultural de estos medios.
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¿Por qué nace Todo Soundtrack?
Desde mi adolescencia, las bandas sonoras han resonado como la música de fondo de mi vida, no solo realzando las películas que me encanta ver. En los años 1987 y 1988, mi vida tomó un giro decisivo y la música de las películas que disfrutaba en el cine o que alquilaba en el videoclub se transformó en mi ancla. No obstante, solo recientemente he tomado plena conciencia del papel crucial que desempeñó en aquel entonces.
"Fievel y el Nuevo Mundo" (An American Tail, 1986), una obra del gran James Horner, fue la primera banda sonora de película que adquirí en un diminuto establecimiento especializado ubicado en la calle Andrés Borrego, en el corazón de Madrid. Fue en Cinescor donde mi viaje comenzó.