Review de la banda sonora SOMETHING WICKED THIS WAY COMES James Horner de Intrada
¿Por qué Disney decidió reemplazar la banda sonora de Georges Delerue por la de James Horner en Something Wicked This Way Comes?
¿Cómo logró James Horner en la banda sonora SOMETHING WICKED THIS WAY COMES capturar la dualidad entre la inocencia infantil y la oscuridad del Sr. Dark en su partitura?
Descubre Something Wicked This Way Comes soundtrack de James Horner editada por Intrada Records.
Te damos los detalles de la edición en cd de Intrada de la banda sonora de EL CARNAVAL DE LAS TINIEBLAS y nuestra opinión sobre la misma, así como sobre la partitura del autor.
Edición CD
Edición remasterizada con más de 59 minutos de música
Cuadernillo interior de 28 páginas
Notas de Roger Feigelson
El duelo musical: Georges Delerue vs. James Horner en EL CARNAVAL DE LAS TINIEBLAS
En un ejercicio especialmente pertinente para los alumnos aspirantes a componer partituras para el medio cinematográfico, puede resultar revelador «contrastar» la música escrita en el pentagrama por autores de distinta nacionalidad, generación y sensibilidad creativa —nada desconocidos para los iniciados— para una misma producción.
Al respecto, uno de los ejemplos paradigmáticos podría ser el que convocó en diferentes fases de la postproducción de Something Wicked this Way Comes (1983) a Georges Delerue (1925-1992) y James Horner (1953-2015), siendo la banda sonora compuesta por este último la que prevaleció en el montaje final.
El músico galo había sido el escogido por el cineasta Jack Clayton para armar una composición afectada de sus reconocibles timbres sonoros para una historia —nacida de la pluma de Ray Bradbury— en que, en mayor o menor medida, prorroga la temática del enfrentamiento del mundo infantil con el de los adultos, una de las premisas sobre la que se asienta A las nueve, cada noche (Our Mother’s House, 1967), la anterior asociación compositor-director.
Una quincena de años transcurrió desde entonces, con un bagaje en este hiato de un solo largometraje en el haber de Clayton —El gran Gatsby (The Great Gatsby, 1973)— financiada por una major, la Paramout, de la que formó parte de su órgano directivo en una etapa de no demasiado grato recuerdo para uno de los principales artífices de una de las masterpieces del género de terror (en su derivada gótica), ¡Suspense! (The Innocents, 1961).
Pero, a diferencia de esta soberbia adaptación del celebérrimo relato corto de Henry James “Otra vuelta de tuerca”, para Something Wicked this Way Comes no participó en calidad de (co)productor y, por consiguiente, a la hora de tomar decisiones quedó ciertamente limitado una vez rodado gran parte del metraje.
Evidencias de su situación de debilidad Clayton ya las había experimentado cuando Disney Productions —al poco «rebautizada» Disney Pictures— contrató a Lee Dyer, al calor de su desempeño creativo en la «revolucionaria» Tron (ídem, 1982), para que rodara escenas adicionales con efectos especiales de «nueva generación».
La estocada llegaría cuando el cabeza de producción de la Disney, Tom Wilhite, atribuyó al score de Delerue parte de los «males» que afectaban al primer montaje de Something Wicked this Way Comes, mostrado en una preview.
Con el fin de evitar la confrontación directa con Wilhite, Clayton claudicó y dejó en manos de la Disney la decisión de buscar sustituto al compositor galo, quien había escrito en el pentagrama una hora de música, esto es, el material suficiente para «cubrir» buena parte de los pasajes de Something Wicked this Way Comes que quedaban «desprovistos» de las líneas de diálogos y aquellos que se podían solapar con la voz en off del narrador (al principio y al final del metraje).
En 2015 Intrada Records publicó la integridad del unsue score de Delerue, junto a la edición de la música compuesta por Horner.
Tras la negativa expresada por Jerry Goldsmith debido a problemas de agenda, la Disney recurrió a la lista de jóvenes talentos emergentes, situándose en una posición privilegiada James Horner.
Explorando la oscuridad: La banda sonora de James Horner para EL CARNAVAL DE LAS TINIEBLAS
Compatriota de Clayton, aunque tempranamente instalado en la realidad de los Estados Unidos a todos los niveles, Horner aceptó el envite, pero con la condición de seguir su propio camino y, por lo tanto, rechazando escuchar lo previamente compuesto por Delerue.
No se dio, pues, el escenario de corregir por parte de un determinado compositor aquellos presumibles errores cometidos por un colega de profesión.
Mas, Horner se apropió de su particular cuaderno de bitácora para trazar una composición que excluye o en gran medida el empleo de la percusión por parte de Delerue que debió causar cierto rechazo en el fuero interno de Wilhite durante la referida preview.
Bien es cierto que Delerue y Horner coincidieron a la hora de otorgar a las flautas un papel preponderante en la que para ambos podrían significar una suerte de leit motiv, pero el compositor de origen inglés fía su dibujo compositivo a conceptos que, en ocasiones, trabajan como «opuestos».
El propio de un universo infantil preñado de inocencia que se corresponde con unas líneas melódicas guiadas por la afectación bucólica expresada a través de la sección de viento —en singular, las flautas—, siendo su «contrapeso», los temas inspirados en la figura del Sr. Dark (Jonathan Pryce), abanderado de ese «carnaval de las tinieblas» —el título escogido en nuestro país para su edición en formato doméstico— que llega a un pueblo de Illinois, el estado donde nació el mismo Bradbury.
Algunos de estos temas llevan las trazas (francamente) reconocibles de Horner, ya sea merced al uso de las masas corales —ya presente, a modo de ejemplo, en un trabajo suyo fechado ese mismo año, Krull (ídem, 1983)— o la manera cómo resuelve pasajes muy concretos del film, léase la escena de las tarántulas, a la que otorga un subrayado en forma de glissando.
Un adorno recurrente en el acervo musical de James Horner, quien ya demostraba por aquel entonces hechuras de compositor capacitado por dar soluciones a todo tipo de planteamientos (independientemente de su naturaleza genérica), un porcentaje significativo de las cuales aún demasiado deudores del espacio de la música clásica —entre las más evidentes, el corte “The Dust Witch”, a efectos de la edición discográfica de Intrada Records, bebe de las fuentes de “Lux Aeterna” de Krzysztof Penderecki— y de la obra de compositores de otras generaciones anteriores, sin ir más lejos el citado Jerry Goldsmith.
Intrada Records recupera la magia de Horner: Una edición imprescindible
Por consiguiente, cabe celebrar la nueva edición a cargo de Intrada Records de la banda sonora de James Horner para Something Wicked this Way Comes, más completa en duración a la llevada a cabo en 2009, y que incluye para la ocasión una carpetilla con un texto detallado escrito por Roger Feigelson.
Esta review ha sido escrita con todo el amor del mundo por las bandas sonoras por:
Christian Aguilera
Director de la revista Seqüencies de cinema y la web www.cinearchivo.net (2001-2023). Autor de libros sobre compositores de música de cine como Jerry Goldsmith, John Williams, John Scott y Bernard Herrmann.
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¿Por qué nace Todo Soundtrack?
Desde mi adolescencia, las bandas sonoras han resonado como la música de fondo de mi vida, no solo realzando las películas que me encanta ver. En los años 1987 y 1988, mi vida tomó un giro decisivo y la música de las películas que disfrutaba en el cine o que alquilaba en el videoclub se transformó en mi ancla. No obstante, solo recientemente he tomado plena conciencia del papel crucial que desempeñó en aquel entonces.
"Fievel y el Nuevo Mundo" (An American Tail, 1986), una obra del gran James Horner, fue la primera banda sonora de película que adquirí en un diminuto establecimiento especializado ubicado en la calle Andrés Borrego, en el corazón de Madrid. Fue en Cinescor donde mi viaje comenzó.