Banda sonora de DEADSTREAM Joseph Winter

Aquí están los detalles de la banda sonora de DEADSTREAM Joseph Winter editada por Mutant.

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Joseph Winter resucita los 80 para una noche de caos espectral

Deadstream es una comedia de terror con alma punk y un exorcismo digital envuelto en VHS desgastado, una explosión de adrenalina que combina carcajadas, posesión demoníaca y crítica afilada al mundo del los influencer.

Streaming con sangre y huesos

Dirigida, protagonizada y compuesta por Joseph Winter junto a Vanessa Winter, esta joya irreverente del cine de found-footage ha logrado convertir una casa encantada y una GoPro en un escenario infernal donde el espectáculo lo es todo... hasta que deja de serlo.

La historia sigue a Shawn Ruddy, un youtuber cancelado que quiere recuperar su fama transmitiendo en directo su estancia en Death Manor, una casa embrujada con leyenda propia.

Lo que comienza como un acto de redención se transforma en una pesadilla viral cuando despierta a Mildred Pratt, un espectro que no está interesada en los clics sino en cobrarse la vida de su intruso con crueldad creativa.

Todo en Deadstream está diseñado para moverse al ritmo del montaje trepidante, humor macabro y efectos prácticos deliciosamente grotescos que remiten a la mejor tradición de Sam Raimi y Stuart Gordon.

Vinilo en modo “live or die”

La edición en vinilo de Deadstream, publicada por Mutant, es un tesoro para los amantes del synth horror ochentero. Grabado en vinilo de 140 gramos con serigrafía exclusiva en la cara B, el álbum viene envuelto en una funda barnizada con ilustraciones originales de Gary Pullin que reflejan la energía delirante del film.

Pero más allá del envoltorio, la verdadera joya está en el contenido sonoro, Joseph Winter demuestra que puede dirigir, actuar y también componer una partitura que late con furia eléctrica, humor negro y nostalgia analógica.

La música alterna entre la tensión al borde del colapso y estallidos de caos electrónico que parecen sacados de un arcade poseído. No hay apenas respiro, y cada tema parece empujarte a vivir la noche junto a Shawn, como si también estuvieramos atrapados en esa casa, escuchando cómo los sintetizadores se retuercen mientras Mildred se acerca.

Ecos de partitura

El homenaje a John Carpenter, Brad Fiedel o Tangerine Dream es evidente, pero Winter rehúye la copia fácil, ya que sabe moldear sus influencias en algo distintivo, con un toque burlón que encaja como un guante en la naturaleza autoparódica de la película.

Algunas pistas funcionan como guiños sonoros a The Fog o Prince of Darkness, mientras que otras tienen un carácter más frágil, casi melódico, que aparece justo antes del siguiente susto o descuartizamiento.

En este sentido, Deadstream rinde tributo, pero también se instala cómodamente en la conversación contemporánea del horror musical, demostrando que aún se pueden hacer cosas frescas y personales con sintetizadores, gritos y reverberación.

El resultado es una banda sonora que no necesita de la imagen para causar efecto ya que suena y vibra como si Mildred te estuviera susurrando desde un walkman maldito.

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¿Por qué nace Todo Soundtrack?

Desde mi adolescencia, las bandas sonoras han resonado como la música de fondo de mi vida, no solo realzando las películas que me encanta ver. En los años 1987 y 1988, mi vida tomó un giro decisivo y la música de las películas que disfrutaba en el cine o que alquilaba en el videoclub se transformó en mi ancla. No obstante, solo recientemente he tomado plena conciencia del papel crucial que desempeñó en aquel entonces.

"Fievel y el Nuevo Mundo" (An American Tail, 1986), una obra del gran James Horner, fue la primera banda sonora de película que adquirí en un diminuto establecimiento especializado ubicado en la calle Andrés Borrego, en el corazón de Madrid. Fue en Cinescor donde mi viaje comenzó.