Banda sonora de KEEPER Edo Van Breemen

Aquí están los detalles de la banda sonora de KEEPER Edo Van Breemen editada por Mutant.

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Van Breemen redefine el miedo con su banda sonora más íntima

Mutant nos trae la banda sonora de la última película de Osgood Perkins, Keeper, un perturbador drama psicológico cuya partitura lleva la inconfundible firma del compositor Edo Van Breemen (The Monkey).

Van Breemen firma una inquietante partitura para el último thriller psicológico

Este trabajo musical es una continuación natural de la sinergia entre Perkins y Van Breemen, conocida por crear atmósferas que operan casi como otro personaje más en pantalla.

En Keeper, Van Breemen despliega un enfoque minimalista y artesanal, construyendo la partitura a partir de grabaciones acústicas en directo y una orquestación de texturas de madera, golpes y resonancias que reflejan el aislamiento y la opresión del escenario en una remota cabaña en el bosque.

La música se entrelaza de forma orgánica con los silencios de la película, convirtiéndose en un eco de la psique fracturada de los personajes. Piezas como Waterfall, Daydream o Ceremony funcionan como piezas emocionales que oscilan entre la inquietud y la amenaza.

Una edición en vinilo tan inquietante como la película

La edición en vinilo, prensada en 140 gramos de color chocolate, no se queda atrás en lo visual ya presenta ilustraciones originales de Greg Ruth, una funda con relieve, cubierta a todo color y encarte impreso con detalles adicionales.

La presentación recuerda la crudeza táctil de la película. La cara A del disco nos introduce en un ambiente de desconcierto progresivo con temas como Kept, Double o Placenta, mientras que la cara B profundiza en el descenso con cortes como Caught, I'm Keller y Eons, culminando en la versión alternativa Waterfall (Stoner Rock), que ofrece un cierre inquietante y desconcertante a partes iguales.

Ecos de partitura

Van Breemen continúa aquí la línea que lo ha hecho destacar en trabajos anteriores como The OA o The Assistant, aunque en Keeper afina aún más su capacidad de reducir la instrumentación hasta lo esencial.

El paralelismo con partituras de Mica Levi (Under the Skin) o incluso con algunos pasajes de Jóhann Jóhannsson es inevitable, aunque siempre desde una perspectiva propia y más cruda.

El resultado es una experiencia que no termina con los créditos, ya que persiste como una sensación que nos acompaña incluso después de haber terminado de ver la película.

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¿Por qué nace Todo Soundtrack?

Desde mi adolescencia, las bandas sonoras han resonado como la música de fondo de mi vida, no solo realzando las películas que me encanta ver. En los años 1987 y 1988, mi vida tomó un giro decisivo y la música de las películas que disfrutaba en el cine o que alquilaba en el videoclub se transformó en mi ancla. No obstante, solo recientemente he tomado plena conciencia del papel crucial que desempeñó en aquel entonces.

"Fievel y el Nuevo Mundo" (An American Tail, 1986), una obra del gran James Horner, fue la primera banda sonora de película que adquirí en un diminuto establecimiento especializado ubicado en la calle Andrés Borrego, en el corazón de Madrid. Fue en Cinescor donde mi viaje comenzó.