Banda sonora BLACK RAIN Hans Zimmer

Aquí están los detalles de la banda sonora de BLACK RAIN Hans Zimmer editada por Quartet Records.

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Hans Zimmer entre la Yakuza y el acero

Cuando Black Rain se estrenó en 1989, Ridley Scott estaba reconstruyendo su filmografía tras el fracaso comercial de Legend y La Sombra del Testigo, y Hans Zimmer apenas comenzaba a dejar atrás su etapa como teclista de pop para convertirse en un narrador de la nueva era.

Fue aquí, en este thriller entre neones y cuchillas, donde comenzó una de las alianzas más influyentes del cine moderno.

La nueva edición expandida de Quartet Records pone por fin en nuestras manos la banda sonora completa de Zimmer restaurada desde las multipistas originales y extendida a dos discos. Es una recuperación necesaria de una partitura que definió el pulso de un nuevo estilo de música de acción en los noventa.

Samuráis y sintetizadores

El primer disco contiene la banda sonora completa utilizada en el montaje final de la película. Desde el arranque con Scalari’s hasta el impactante tramo de Steel Mill Chase y Arrival of Oyabuns, la música se despliega como una corriente continua de texturas metálicas y percusión cortante.

En medio, pistas como Charlie’s Death - Aftermath: Nick & Joyce y Sugai Has Nick Over For A Chat añaden capas emocionales a un relato que, sin ellas, sería puro ruido de engranaje.

Zimmer trabaja aquí con una paleta digital todavía en construcción con baterías electrónicas y bajos sintéticos que evocan un Japón idealizado y cinematográfico. Sequins, Following Miyuki o Masa’s Reprimand incorporan timbres delicados que humanizan a los personajes, especialmente a Masa, el contrapunto moral al caos.

El segundo disco reproduce el álbum original de 1989, con sus inevitables licencias de la época. Ahí conviven canciones de Iggy Pop, UB40, Soul II Soul y Ryuichi Sakamoto con suites de la partitura. Pero lo más interesante son las pistas adicionales, inéditas hasta ahora con versiones alternativas, música como Airplane Muzak, y ensamblajes diferentes del clímax musical de la película.

Piezas como Charlie’s Death (Monks Wild) o Bikes / Fight (Alternate) aportan una perspectiva distinta sobre la evolución del score.

Ecos de partitura

Black Rain es un título clave en la historia de Hans Zimmer por una razón ya que fue su primer gran encargo internacional, el que lo puso en el radar de los grandes estudios. Aunque sus texturas aún tienen algo de los ochenta (con reminiscencias a Rain Man o Paperhouse), ya se intuye aquí su capacidad para moldear escenas con capas electrónicas y melodías de pocas notas.

Es, en cierto modo, el punto de partida del estilo que consolidaría en Thelma & Louise, Crimson Tide o The Rock.

Comparada con otras obras de Zimmer para thrillers urbanos, como Broken Arrow o The Fan (¿alguien la va a editar algún día en condiciones?), esta partitura mantiene una distancia más formal, casi europea, como si Ridley Scott hubiera querido contener el espectáculo para dejar espacio al subtexto.

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¿Por qué nace Todo Soundtrack?

Desde mi adolescencia, las bandas sonoras han resonado como la música de fondo de mi vida, no solo realzando las películas que me encanta ver. En los años 1987 y 1988, mi vida tomó un giro decisivo y la música de las películas que disfrutaba en el cine o que alquilaba en el videoclub se transformó en mi ancla. No obstante, solo recientemente he tomado plena conciencia del papel crucial que desempeñó en aquel entonces.

"Fievel y el Nuevo Mundo" (An American Tail, 1986), una obra del gran James Horner, fue la primera banda sonora de película que adquirí en un diminuto establecimiento especializado ubicado en la calle Andrés Borrego, en el corazón de Madrid. Fue en Cinescor donde mi viaje comenzó