Review de la banda sonora UNCOMMON VALOR James Horner de Quartet

¿Qué impacto tuvo la música de James Horner en la narrativa de la película MÁS ALLÁ DEL VALOR?

¿Te gustaría descubrir las diferencias entre las ediciones de Intrada Records y Quartet Records de la banda sonora UNCOMMON VALOR?

Descubre UNCOMMON VALOR soundtrack de James Horner editada por Quartet Records.

Te damos los detalles de la edición en cd de Quartet y nuestra opinión sobre la misma, así como sobre la partitura del autor.

Edición en cd de Quartet Records de la banda sonora de Más allá del valor

Esta edición en cd editada por Quartet Records nos ofrece la oportunidad de recuperar la música de James Horner para la película, casi 10 años después de la última edición.

Está limitada a 1000 unidades y tiene el aliciente de contener más música que la de Intrada. Por supuesto, la música ha pasado por un proceso de remasterización.

El cuadernillo interior es de 16 páginas y tiene a John Takis, compositor de música cinematográfica, como encargado de contextualizar la obra y ofrecer sus notas detalladas, más que interesantes, que aportan un valor añadido a la edición.

Analizando la música y la edición

A pesar de lo dispersa que pueda resultar, a primera vista, la participación en el cine de Ted Kotcheff, el realizador de origen búlgaro pudo conformar una suerte de trilogía sobre soldados norteamericanos involucrados en la guerra de Vietnam y sus correspondientes traumas que se manifiestan de regreso a la vida civil.

Si para North Dallas Forty (1979) contó con la colaboración de John Scott  —uno de sus compositores recurrentes— y en Acorralado (First Blood, 1982) hizo lo propio con Jerry Goldsmith, a modo de cierre para su particular «trilogía vietnamita» le vino un tanto “autoimpuesta” la figura en el apartado musical de un por aquel entonces emergente James Horner.

A diferencia de North Dallas Forty y Acorralado la historia de Más allá del valor (Uncommon Valor, 1983) se desarrolla parcialmente en el sudeste asiático, allí donde permanecen desde hace lustros soldados hechos prisioneros que habían combatido en las filas del ejército de los Estados Unidos.

En origen, la historia de Uncommon Valor iba a ser contada a nivel compositivo por Basil Poledouris, en virtud que John Milius se postulaba como director de la función cinematográfica. No obstante, por distintas razones Milius acabó involucrándose en la dirección de Amanecer rojo (Red Dawn, 1984), dejando de esta forma el camino expedito para que Ted Kotcheff asumiera el mando de las operaciones y se ocupara de servir en imágenes una historia con un notable pronunciamiento autobiográfico por parte de Gary Dickerson, un íntimo amigo de Wings Hauser, uno de los dos guionistas acreditados.

En sintonía con el personaje que da vida en la gran pantalla Nick Nolte —tomando el molde del jugador de rugby de los Dallas Peter Gent— en North Dallas County, Gene Hackman se coloca en la piel del coronel Jason Rhodes, un personaje esculpido igualmente desde el plano de la realidad, para la ocasión “a imagen y semejanza” del militar de alto rango que protagonizó en la vida real la historia que serviría de partida de Uncommon Valor.

Pero, a diferencia de North Dallas County —uno de los films favoritos de Kotcheff— la estrategia compositiva servida por Horner para Más allá del valor coloca el acento sobre todo en la acción que llevan a cabo un grupo de ex combatientes reclutados por el coronel Rhodes con el objetivo puesto en liberar a su hijo y a otros miembros del ejército de los Estados Unidos que aún permanecen presos en suelo vietnamita o en otros países colindantes

Por consiguiente, las marchas militares —presididas por la percusión y el aderezo de instrumentos de viento como las flautas, a modo de contrapunto— sirven al tapiz musical dispuesto por Horner conforme a la principal línea compositiva, pero no la única.

Ciertamente, para las escenas oníricas de Uncommon Valor, en que el coronel Rhodes observa complacido el retorno del soldado yanqui, la música de Horner adopta un pronunciamiento dominado por las disonancias.

En todo caso, una resolución musical que parece actuar “al margen” del resto de una composición arbitrada por esas cadencias propias de ámbitos castrenses presididas por los redobles de tambor con el añadido de una instrumentación exótica en que comparece de manera singular el gamelán (de origen tailandés) y una flauta de bambú de ascendencia japonesa (el shakuchachi) ejecutada por el maestro Kazu Matsui que años más tarde volvería a emplear Horner para films vinculados a la serie «A» como Willow (ídem, 1988), Leyendas de pasión (Legends of the Fall, 1995) y Jumanji (ídem, 1995), entre otras.

Marcas de agua, pues, presentes en una propuesta musical de la que James Horner cumplió con creces la «misión» encomendada sin apenas salirse por la tangente y quedar fijado al canon. El mismo canon que dictaminó la inclusión de un tema que razona en el espectro del pop-rock —“Brothers in the Night” de Ray Kennedy—, que podemos escuchar durante los títulos de crédito finales de Uncommon Valor y en uno de los tracks de la edición en formato de disco compacto cortesía del sello Quartet Records.

Respecto a la edición de Intrada Records fechada en 2010 apenas existen diferencias en el contenido musical de la edición discografía a cargo de Quartet Records, eso sí, especialmente cuidada por lo que concierne al contenido de la carpetilla con texto de John Tarkis titulado en su encabezamiento «James Horner Goes to War».

Tras esta primera piedra de toque, el compositor oriundo de Inglaterra regresaría a escenarios bélicos y, en concreto, a finales de la década de los ochenta —en la que tributó en infinidad de ocasiones el nombre de James Horner— lo hizo con In Country (1989), en que nuevamente los recuerdos de Vietnam se traducen en pesadillas en la mente de soldados que intentan tomar el pulso de nuevo a la vida civil.

Bandas sonoras de James Horner editadas por Quartet Records

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¿Por qué nace Todo Soundtrack?

Desde mi adolescencia, las bandas sonoras han resonado como la música de fondo de mi vida, no solo realzando las películas que me encanta ver. En los años 1987 y 1988, mi vida tomó un giro decisivo y la música de las películas que disfrutaba en el cine o que alquilaba en el videoclub se transformó en mi ancla. No obstante, solo recientemente he tomado plena conciencia del papel crucial que desempeñó en aquel entonces.

"Fievel y el Nuevo Mundo" (An American Tail, 1986), una obra del gran James Horner, fue la primera banda sonora de película que adquirí en un diminuto establecimiento especializado ubicado en la calle Andrés Borrego, en el corazón de Madrid. Fue en Cinescor donde mi viaje comenzó.